Para irme yo solo por ahí, disfrutar y no ver la cara de perros que tienen algunos, esas contestaciones que me dan. Y lo peor es que me tengo que callar, porque si por lo contrario fuera, más de uno se hubiera olvidado de mí. Estoy seguro que solo mis padres me echarían de menos, y si no lo hago en parte es por ellos.
Hace tiempo pensé en la felicidad, cosa que por ejemplo para mí la hay, poca pero la hay, en otras personas la hay y no la aprovechan, Si no me quejo de la mía es porque hay gente que no la tiene, y otros si la tiene pero se le va de vez en cuando.
Y ese mismo día también pensé que ya que hacer la mía es difícil, porque no hacerla para los demás, y eso intento desde entonces, ayudar a los demás, no es por presumir, pero creo que lo hago bien. Una parte me lo agradece, otra no, es lo de menos.
Estas fiestas del vino ha habido muchos líos, por mi parte pocos, por mis amigos un montón. Unos días intentaba ayudarles pero otros no podía y me daba por irme por ahí, solo, acompañado, siempre un poco deprimido de ver a todo el puto mundo, llorando, otros borrachos, otros haciéndoselo, ese adjetivo de borracho por quedar bien y hacer cosas que antes no haces por vergüenza me sienta muy mal, bastante mal.
Por eso me gustaría despejarme y verme durante un poco tiempo solo, enfrentándome a todo lo que se me ponga por delante. Sé que no puedo hacerlo, pero no es imposible, aseguro que cuando pueda lo haré. Y otro de mis sueños se cunmplirían, el de hacer el camino de Santiago, entero, sin miedo a perderme y no volver a ver a nadie. Haría amistades, cortas amistades que me servirían para verme un poco acompañado y que me apoyaran.
Estoy seguro que nadie va a leer esto, pero como esto va sobre mí y sobre mi vida me gustaría dejarlo guardado en algún sitio para verlo luego.
Lo dicho, me gusta vivir de la felicidad de los demás, pero últimamente veo que no puedo.